¿Te casas y estás pensando en contratar fotógrafo o videógrafo para el gran día? Os vamos a proporcionar algunos tips para que elegir sea más fácil.

Hablaremos, sobre todo, de garantías a la hora de ofrecer un trabajo seguro y de calidad así como de la relación calidad-precio, ya que sí, puede ir de la mano.

 

Pues bien, el día de nuestra boda, es uno de los días más importantes que vamos a vivir. Unimos nuestra vida a la persona elegida y celebramos una gran fiesta con todos nuestros seres queridos, pero, ¿qué precio ponemos a esos recuerdos? y lo mejor, ¿a quién confiamos esa gran responsabilidad?

La elección del fotógrafo no es una tarea fácil, pero debemos tener muy en cuenta que al finalizar la boda el reportaje será lo único con lo que nos quedemos, digamos, que sería una forma de materializar ese día especial, por ello, es recomendable escoger en base a nuestro gusto, ¿qué quiero decir con esto?. Hay personas a las que le gusta un estilo más creativo, otros más documental y otros más clásico, al igual que gustos, hay profesionales para todos ellos, por ello, debemos fijarnos en su trabajo para ver cuál podría encajar más con nosotros.

Una vez pasamos ese filtro y sabemos qué estilo puede encajar con nosotros, es muy importante ver la calidad y la seguridad que nos ofrece. Ser fotógrafo o videógrafo de boda profesional, supone disponer de un seguro de responsabilidad civil, unos estudios y conocimientos para ejercer la labor, estar dado de alta en la Seguridad Social y disponer mínimo de una web, estudio físico, red social u otro medio de contacto, mediante el cual podamos ver y conocer no sólo el trabajo, sino a la persona que lo llevará a cabo. De la misma forma que no dejarías que en un restaurante de estrella Michelín te preparase la comida una persona sin conocimientos de cocina y restauración, no deberías dejar que un “no profesional”, trabaje en tu boda.

¿Qué consejos o tips podéis seguir a la hora de elegir nuestro fotógrafo/a o videógrafo/a?

  • Debéis tener en cuenta que somos profesionales de la imágen y como una imagen vale más que mil palabras, tenéis que dejarnos llevar por lo que os transmite nuestro trabajo.
  • Es esencial conocer algunos trabajos reales, es decir, bodas pasadas, opiniones de clientes (todo esto podemos verlo en la web, redes sociales, etc).Debemos tener en cuenta, que si es profesional y se dedica en su totalidad a la fotografía o vídeo, sabrá como hacer y escoger cada toma, controlando la luz, espacios y ambientes (esto podemos verlo en sus trabajos realizados).
  • El precio. Es necesario controlar los gastos dentro de un evento tan grande como es una boda, pero debemos saber que nadie regala nada. Si vemos que alguien nos da un precio muy por debajo del resto, es de sentido común sospechar. Normalmente los precios entre profesionales suelen rondar las mismas cifras. 
  • Recomendamos realizar al menos una entrevista con el profesional que más os guste, ya que os ayudará a ver si existe una conexión, si está atento a vuestra historia y a lo que queréis en realidad. Es un buen momento para resolver dudas y establecer un contrato por ambas partes.
  • Todo lo que acordemos debe estar por escrito, estamos tratando con un profesional, al igual que tenemos un contrato cuando vamos a cambiar los muebles de nuestra cocina con un precio detallado, también lo tenemos del día de nuestra boda, del reportaje, del álbum y el resto de extras que incluiremos.

Parece algo banal comparar una cocina con una boda, pero desgraciadamente, el intrusismo laboral dentro de este gremio hace que cualquier persona “sea fotógrafo” y esté capacitada para realizar una boda y eso pasa factura a posteriori, a nuestros novios, convirtiéndo un día especial en una pesadilla.

 

Recuerdo una pareja que vino al estudio seis meses después de su boda, con algunas fotografías de móviles (hablaré de este tema en otro post, porque hay para rato), para que le hiciésemos un álbum, porque querían tener un recuerdo de su boda. Claro, yo les pregunté, qué les había pasado, y me contaron que el fotógrafo que habían cogido por internet y que nunca habían visto en persona no se había presentado a su boda y que habían perdido la señal de 500 euros que le dieron. Viendo sus caras, aseguro, que hubiesen pagado la diferencia de precio que había al contratar a un profesional, ya que claramente, esta persona no lo era, ya que no tenían ni medios para contactar con ella.

 

Con esto y para terminar, quiero decir, que debemos pensar bien dónde depositamos nuestro dinero y nuestra confianza, porque el día de la boda no se repite, las personas que estuvieron, los momentos vividos y todo eso, es un tesoro que formará parte de nuestros recuerdos y que un profesional se encargará de retratar.

 

Siempre deseando volver a escuchar   

«Sí quiero”

José Luis Rueda Fotógrafo   

 Fotógrafo y videógrafo de Córdoba